La digitalización del entorno y la aplicación de soluciones tecnológicas en las ciudades son aspectos que ya forman parte de nuestra vida. En estos momentos ya experimentamos algunos de estos progresos en nuestro día a día, como la aplicación del riego inteligente o la eficiencia del alumbrado público. Sin embargo, las perspectivas sobre lo que puede llegar a ser una Smart City van mucho más allá.
Una ciudad inteligente es un complejo urbano tecnológicamente moderno que emplea distintos tipos de dispositivos electrónicos, métodos de activación de voz y sensores para recolectar información con el objetivo de mejorar los servicios de gobierno, así como el bienestar de sus habitantes. En la actualidad, los
proyectos de Smart City se basa en el procesamiento y el análisis de datos procedentes de todos los ciudadanos, dispositivos y edificios para gestionar y monitorizar el tráfico, los sistemas de tráfico, las plantas de energía, los servicios públicos, las redes de suministro de agua, la gestión de los residuos, la detección de crimen, así como los servicios de información, las escuelas, las librerías, los hospitales y otros servicios comunitarios.
En la actualidad, una de las características de las Smart cities es que el mercado está determinado por el rápido desarrollo y la implementación del Internet de las cosas (IoT). Se trata de una tecnología que ya ha cambiado nuestra forma de vida y cuyo impacto se extiende desde el ámbito más cotidiano a cualquier sector y actividad empresarial. Los
casos de éxito de las Smart Cities, con la colaboración de los dispositivos móviles, han cambiado por completo el paradigma, conduciéndonos hacia un mundo interconectado que avanza cada año gracias a nuevas innovaciones tecnológicas y tendencias globales.
Así, mientras que las consecuencias de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de la Covid-19 han supuesto una abrupta caída económica para muchos países e industrias, también ha abierto una ventana de oportunidad para el desarrollo de nuevas tecnologías que ofrezcan soluciones a los problemas de distanciamiento social, la crisis en la cadena de suministro mundial o los distintos confinamientos decretados a lo largo de los últimos dos años. Diversos estudios ya muestran con cifras que el auge del mercado de las ciudades inteligentes es una realidad a punto de dar el gran salto. Según apuntan las previsiones del último informe de
Astute Analytica los ingresos de las ciudades inteligentes globales van a pasar de los 1.25.325,5 millones de dólares en 2021 a 6.70.424,1 millones de dólares en 2030. Por ello, ha llegado el momento de poner la vista en el futuro, definir las características de las Smart Cities españolas y comparar cómo son ahora estas ciudades y cómo llegarán a ser.
La velocidad de conexión del 5G La quinta generación de tecnologías móviles, más conocida como 5G, permitirá a las ciudades inteligentes avanzar al siguiente nivel gracias a unas conexiones más rápidas y fiables. Este hecho repercutirá directamente en la fabricación y el procesamiento de sistemas y dispositivos más inteligentes.
Así, será imprescindible que la red 5G cubra todo el territorio y conecte entre sí a todos los dispositivos que necesitarán compartir información de manera masiva e instantánea.
El siguiente nivel de la automatización Mientras que ya estamos relativamente habituados a la certeza de los coches autónomos o los asistentes de voz inteligentes, las Smart Cities en España necesitarán llevar la automatización a otro nivel que implique a los edificios, al mobiliario y a los dispositivos de manera integral. La redefinición de los entornos y el camino a seguir para moldear las ciudades del futuro son conceptos que discuten en profundidad desde la organización sin ánimo de lucro
NewCities. Para abordar el concepto de las ciudades inteligentes del futuro, hay que partir de la necesidad de reimaginar nuestra concepción tradicional del hogar, de las oficinas, de la industria, del retail o del ocio. Brindar autonomía a los edificios supondrá una mayor flexibilidad laboral y una garantía para el uso de forma automatizada de todos los servicios y las comodidades.
Seguridad basada en el Machine Learning y el Blockchain Una de las grandes preocupaciones concernientes a las Smart Cities y a la tecnología del IoT es la relacionada con las posibles brechas de seguridad y privacidad que puedan afectar a los dispositivos interconectados y, en consecuencia, a la información personal de los usuarios. En respuesta a esta problemática, las ciudades inteligentes del futuro se apoyarán en tecnologías como el Machine Learning y el Blockchain para garantizar entornos más seguros.
Los dispositivos IoT recogen e integran datos en tiempo real mediante el seguimiento de las actividades diarias de los individuos con el objetivo de proporcionar servicios eficientes. Dado que estos dispositivos recogen información personal y sensible, los retos de seguridad y privacidad son paradigmas cruciales. Frente al aumento de las filtraciones y los ciberataques, la automatización de los procesos a través del Machine Learning contribuirá a proteger los datos.
Sin embargo, los métodos de seguridad tendrán que seguir evolucionando de manera paralela al desarrollo de las tecnologías que integran las ciudades del futuro. Investigadores de la
Universidad de Baréin han propuesto un sistema de seguridad basado en el Machine Learning que ofrece un enfoque activo y planificado en cuatro puntos. Por su parte, el Blockchain facilitará el acceso mucho más seguro, rápido y preciso a todos los datos distribuidos entre los distintos dispositivos interconectados. Para mantener la sostenibilidad y el despliegue en tiempo real de las ciudades inteligentes, la conectividad inalámbrica segura y el IoT son factores imprescindibles. Ser más inteligente también hace que la ciudad sea más vulnerable a los ciberataques y el Blockchain puede ser la respuesta a muchos de estos retos, tal y como se aborda en el libro
Blockchain and the Smart City. En este contexto actual y con la vista puesta en los próximos años, factores como la necesidad de mejorar la seguridad ciudadana, las infraestructuras de comunicación o las alianzas público-privadas, además del incremento de la concienciación por el medio ambiente y las iniciativas sostenibles, van a impulsar de manera decisiva el crecimiento de las Smart Cities españolas.
Ciudades, en las que se abordará de manera trascendental problemáticas, como la gestión del tráfico para ofrecer soluciones mediante movilidad compartida o vehículos inteligentes. Otra de las características de las Smart Cities es el desarrollo de iniciativas que pretenden atajar el crecimiento exponencial de la cantidad de personas que viven en las ciudades, del
56,2% de la población mundial en 2020 a la proyección del aumento de esta cifra hasta el 75% de cara a 2050. En las ciudades del futuro, los edificios y los dispositivos no solo deben poder comunicarse entre sí para poder tomar decisiones, sino contribuir a la sostenibilidad que garantice que, en efecto, haya un futuro que proyectar.